La soberbia es una valoración excesiva de uno mismo, estimándose como alguien superior a los demás, perdiendo el sentido de lo justo.
La soberbia se ve representada en la arrogancia, en que el individuo cree tener privilegios frente a los demás. Siendo una forma de esconder su inseguridad y sentimiento de inferioridad.
Se considera como algo probable, que la persona actúa de esa manera por alguna herida muy profunda, protegiéndose con su actitud de lejanía y superioridad.
Este rasgo determinante arrogante y vanidoso, viene a influir en la inseguridad e integridad de quien no comparte tal razón de ser, no siendo una ayuda para el soberbio disminuirse ante su actitud, mas bien será la sinceridad en hacerle ver su error, lo que le permita recapacitar.
Blanco y Negro, bueno y malo, derecho y revés, así vamos por el camino de la vida y todo puede cambiar si tenemos la voluntad y la capacidad de revertir mal por bien, en el caso de la soberbia no existe otro remedio que la humildad.
En la humildad se guarda el mirarnos a sí mismo reconociendo debilidades y limitaciones, abandonando el egoísmo, centrando el interés más bien en los demás, demostrando modestia y sencillez.
Las personas humildes abren sus sentidos, se hacen un igual a otro, respetan y cuidan de escuchar sin la avidez y ambición de la soberbia.
La manera más clara de reconocer a una persona humilde, es la intención de cómo trata a los demás. El respeto mutuo no impide ser valiente y audaz, un derecho para todos por igual, no siendo nadie perfecto, todos podemos abrirnos al derecho de superarnos y trabajar nuestras limitaciones.
Susana Rodríguez Hidalgo
yobipolar.com
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