El no estar conforme con nuestra propia vida es por la poca confianza que sentimos en nosotros mismos, nos disgustamos solos y se nos apaga la alegría de vivir convencidos que no estamos capacitados para nuevos aprendizajes.
Nos detenemos en lo que consideramos como "los imposibles", poniendo resistencia a nuevos cambios, basados en razones limitantes que no son más que imaginarias.
Entrar en mundos nuevos como conocer un nuevo idioma, taller de música, literatura, danza, fotografía, teatro, cine, arte, carpintería, cocina, costura, ventas, enfermería, turismo, natación o navegación, deportes, jardinería, ayudar en iglesias a los necesitados, etc. puede reponer el ánimo y llenar el vacío existencial al sentirnos útil.
El miedo al ridículo y al fracaso, son dominios auto impuestos que nos impiden abrir la capacidad de desarrollo personal, sin tener porque apuntar ha hacernos un profesional.
El que restringe su vida a la apariencia física o social, pierde su libertad en lo profundo, somos seres espirituales que caminamos inspirados en lo que se siente, bueno o malo, depende sólo de ti.
Por más que vivas solo en un desierto, eres fuente de aprendizaje, conocimiento y reflexión.
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