De tanta información y tanta preocupación por lo que ocurre afuera, es que cada vez más me apego a mi individualidad, no por eso estando en contra de nada ni de nadie, porque así como soy alguien diferente a los demás, también los demás lo son.
Hoy opto por el individualismo, llegando a independizarme de lo que me pueda causar crítica como preocupación, concluyendo que moldear mi personalidad, cultivar el espíritu, mantener mis valores y aprender de mis experiencias como lecciones, me permite ser fiel a mi misma, una meta lograda con mucha reflexión y fe; pasó ese tiempo de admiración hacia alguien como referente, bastó poner atención a lo que siento, pienso y actúo, para dejar de lado tomar en cuenta lo que tantas veces me hizo dudar, la opinión o valoración ajena.
Así fue posible hacerme autosuficiente, faltaba considerar mis cualidades y conocimiento personal, para poner en acción mis propias capacidades y el compromiso de regular mi vida, de entender lo importante que es que aun faltándome algo, no vivo carente de nada, porque ante todo logré la confianza en mi misma, tomando decisiones positivas y sintiéndome a gusto de alcanzar, no solo a sostenerme emocionalmente, sino también de servir a otros.
La independencia es el puente para abandonar la queja.
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