En relación a lo que nos afecta, no hay distancia ni fronteras, a través de esta misma página hicimos amistad y estrechamos lazos con Gabriela de otro país de Sudamérica y vino hasta Chile, diciendo querer estrecharme en un abrazo al sentir gratitud por los consejos recibidos, su búsqueda por sobrellevar la relación con su hija con diagnóstico bipolar, le permitió madurar como madre y entender que la misericordia y comprensión es de muy buena ayuda, se aprende que todos necesitamos ser reconocidos en sus logros y sobretodo en sus debilidades.
Javiera, persona adulto joven, después de conocer la experiencia de Gabriela, se animó a mantener contacto conmigo, en el tiempo pude reconocerla de personalidad más bien rígida, educada, exigente con ella misma y creyente.
Lo menos fácil de compartir fue su falta de flexibilidad, su constante sentido de reafirmar sus razones, como su queja a la falta de entendimiento de los demás, autovalorando su capacidad de trabajo, su realidad aun siendo cierta, faltaba considerar otras opciones para enfrentar sus problemas que finalmente se transformaron en conflictos, como por ejemplo tolerancia y autocritica.
No es fácil entrar en confianza inmediata para hablar de los sentimientos, temores, como tampoco plantear lo qué se percibe a la distancia, pero lograba reflejar que su falta de realización en lo cotidiano, lo generaba centrándose en ella y destacando sus reales "capacidades", sus logros, pero en un sentido de orgullo desmedido que no le permitía reconocerse en sus "debilidades".
Después de algunos meses, Javiera está reconociendo varias cosas, lo posible que era superar las dificultades, cambiando el destino de nuestras actitudes, conductas y pensamientos; sus pasajes complejos han venido ha demostrarle que su ser sensible no estaba dormido, su manera estricta de responsabilidad le impedía recibir de los demás lo que hoy la hace sentirse querida, acogida y como siempre valorada, los que la quieren y la rodean le han entregado amor, atención, protección y su despertar le permite mirar hacia atrás... un pasaje de valioso aprendizaje.
Pero la falta de sueño era un factor que no le permitía conseguir la paz como tampoco una conciencia clara, y se hizo necesario acudir a la opinión de un médico psiquiatra, quien le indicó un tratamiento logrando el equilibrio mente, cuerpo y con la ayuda de Dios en la oración también de su espiritu.
Susana Rodríguez Hidalgo.
Monitora
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ResponderEliminarMuy interesante este artículo y el testimonio.
ResponderEliminarY que cierto es ir haciéndose cargo de nuestro actuar , la autocrítica honesta y que permite el cambio propio que genera el cambio que buscamos en los otros .
El salirse de uno mismo, encerrados en nuestras propias convicciones y creyendo ser portadores de lo que es correcto, permite ver en el otro cuánto puedo aprender y valorar de lo distinto a la vez que encontrarnos en lo que nos une ...nuestra común humanidad.
Luz Maria Acevedo