No te dejes llevar por el prejuicio de los demás... siendo que nosotros mismos somos también prejuiciosos, pero creo tener la razón que las propias tristes y duras experiencias nos ayudan a madurar, es decir, nos enseñan a hacernos responsables tanto de nuestro mal pensar, como también de aprender a darnos el valor qué nos merecemos, por esa búsqueda e intención de superación como persona.
Dentro de lo desconocido que experimentamos como paciente, cada uno con su propia bipolaridad, está la necesidad de abrir una nueva mentalidad en favor de aprender a separar "prejuicios externos" de aquello que nos representa.
La palabra estigma viene incluida como concepto social en distintos aspectos, apuntando todos a señalar a una persona con una marca de diferentes formas, no solo para una enfermedad sino para lo que cada individuo considere en otro, como rasgo de inferioridad o inaceptable, lo que en nuestro caso al ser aplicado en esta enfermedad, también viene a querer ser un aporte en el sentido nada más que de menoscabo.
Los genes esparcidos en la humanidad, nos exponen a todos a lo bueno y a lo malo, a lo favorable y a lo adverso, a ser admirados o rechazados, siendo el estigma no otra cosa que una señal discriminatoria y de menosprecio... qué a quien se vea afectado por ello y de darle poder, no hace otra cosa que auto descalificarse en su comportamiento, rasgo o condición.
Por lo tanto, ningun paciente bipolar podría sentirse afectado por el pensamiento o prejuicio ajeno de la estigmatización, sabiendo que ese concepto se refiere a que seamos vistos como seres inferiores e inaceptables.
Más que detenerse en el significado de estigma, sigamos cultivando la moral, lo que desde siempre ha sido un pilar fundamental para la valoración de saber establecer bien y mal.
susana rodríguez hidalgo.
Monitora en Salud Mental para personas con Enfermedades del Ánimo.
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