viernes, 26 de abril de 2024

Sin titulo, para la interpretación personal.

 Integrarse a compartir con una o varias personas, puede resultar ameno, incluso, interesante, aunque generalmente no siendo posible mantener un diálogo coherente, porque ha cambiado el trato entre las personas; es normal hoy en día, que no haya interés ni capacidad de poner atención al otro, porque dentro de los grandes cambios, ha tomado mas fuerza la idea que da lo mismo ser como a uno le parezca, considerando que todos somos iguales y mas aun, que lo malo, ha derivado en la idea que es algo que depende como lo mire el otro y no responsabilidad individual con el derecho a corregir a quien corresponda. 

Así es como hemos perdido la individualidad, algo que puede servir para distinguirse del común de la gente, al desarrollarse con habilidades y fortalezas, distinguiéndose por el buen comportamiento, la forma de hablar, como por sus modales.

Esas mismas personas aparentemente tan autónomas, que se han tomado la libertad de darse normas a sí mismos, los mismos que no saben entender qué las palabras tienen un significado que pueden causar reacciones incómodas, desagradables, dañinas, siendo motivo de esa consecuencia una determinada reacción por uno de los alguien, pero curiosamente el afectado es quien tiene que aceptar las faltas de delicadezas, ofensa o agresión, para no pasar a ser calificado de conflictivo.

Todo ha cambiado, desafortunadamente siendo mas cargado a lo negativo, eso también a uno lo obliga a cambiar, principalmente la manera humilde de aceptar a quien se sintió o se siente con el derecho de rebajar de condición a una persona y hacer sentir que si uno llora, es débil y merecedor de la ofensa o la calumnia.

Por mi parte, si existió una razón para haber vivido la locura, es por no haberme apartado de los que me rodearon de malas intenciones. 


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