El desarrollo del sano juicio tiene como principio, observar, concluir y callar.
La humildad nos permite iluminar nuestra conciencia, primero reconociéndonos igual a otro en relación a que todos experimentamos las mismas debilidades, miedos y defectos, y de las virtudes humanas, como límite en común, el respeto, "te respeto, tú me respetas"
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