Sorprende a la vida sacándole brillo a tus ventanas para disfrutar de la luz natural del día a día y no olvides plantar 3 árboles, uno para los hijos tuyos o de quien quiera que sea, otro para el qué venga a la vida y otro, en gratitud a Dios que es quien permite qué florezcan las semillas.
Cada vez que mi abuela sembraba decía en el nombre de Jesús y su jardín era el más hermoso de la cuadra dónde vivíamos.
SRH.
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