A María Inés, le pasa lo que también le ocurre a Gabriel Ignacio.
Primero tú, por que de revisar tu propio modo de pensar, actuar y aceptarte, incluso, con lo que nos desagrada de sí mismo en lo físico por ejemplo, es un buen motivo para brillar, nada más importante que aceptarse, mucho mejor que ir por el mundo en busca de la conquista, así es cómo terminamos siendo admirables más que admirados.
Nunca reveles algún detalle físico que no te guste de ti a otro, porque éso pasará a ser punto de atención para los demás.
A mí todavía no me gusta mi timbre de voz, pero ya no me acompleja, porque no lo puedo mejorar.
Has un cuaderno de ayuda memoria, con estas sugerencias y siempre repásalas.
Pretender "parecer" mejor es un buen motivo para no lograrlo, porque la vanidad es un punto que no nos hace mas inteligentes, la vanidad es un afán excesivo de llamar la atención, la humildad sí que nos vuelve menos rígidos, porque significa reconocernos como un igual a cualesquiera de los otros con los mismos deseos no cumplidos, complejos, dudas, incertidumbres, debilidades, considerando en todo caso que todo lo bueno y lo malo depende de cómo lo sobrelleve uno mismo.
Todo lo que planteo lo aprendí tarde, pero han sido mis medallas de oro... a propósito de los actuales Juegos Panamericanos Santiago 2023 aquí en Chile, porque frente a quien esté, a ése otro lo admiro, lo entiendo como a mi misma y así he vencido uno de los temores más densos que experimenté a tu edad, haberme sentido, imaginariamente, criticada y no aceptada; aprendiendo que no siempre estamos preparados para comprender qué todo cambia.
Ahora no necesito como antes algo de los demás, porque no me hace falta nada, incluso me gustan mis defectos, porque me hacen reír lo ridículos que son.
El celular no sirve para todo, por eso, prepara un cuaderno de Pendientes, y todas las noches "anota" las cosas que tienes en mente realizar, como también lo que de ti puedes mejorar y luego has tiques a todo aquello qué ya conseguiste concretar.
Si uno no está feliz es más bien por poner atención a lo que nos disgusta, no te apures, no mezcles bien con mal, para evitar ruido