Cuando en algún momento descanses, cierra los ojos pon las manos sobre tu abdomen, respira profundamente y comprueba como toma volumen y luego exhala lento por la nariz.
Repite por 3 veces y descansa y en cualquier momento lo repites.
No olvides que el oxígeno es el principal alimento de vida.
Tu tiempo de concentración permite alejar el pensamiento, la angustia y apacigua el dolor.
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