Comúnmente cuando se trata de explicar nuestras problemáticas, hacemos cargo a otros por lo que nos vemos afectado en relación al trato, la opinión, desaprobación, comentario pocos afortunados, etc. influyendo no solo en el ánimo sino también en nuestra manera de ser.
Generalmente hacemos un balance de lo que damos y de lo que "no" hemos recibido, siendo que las dos cosas radican en nosotros, faltándonos ordenar estos cuestionamientos a conciencia.
Concepto de Conciencia: "Conocimiento del bien y el mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos especialmente los propios".
Este factor nos permite hacernos responsable de nuestros compromisos y tener la capacidad de organización y orden.
Quien se ve afectado por una enfermedad afectiva como es la bipolaridad, tiene el deber de superar las cosas de su imaginación, el que sea diagnosticado y tratado con medicamentos es el primer logro conseguido, cumplir con las indicaciones del médico psiquiatra, significa que el médico a través de sus controles, seguirá trabajando con lo que nada más que él puede ir evaluando en relación a la estabilidad del paciente.
Independiente de lo antes dicho, el enfermo debe interiorizarse qué este trastorno del ánimo, tiene que ver con los hechos que le afectan, entonces, si bien es cierto el tratamiento nos estabiliza, es el paciente quien tendrá que mejorar su comportamiento en el diario vivir.
Influyendo la personalidad, el carácter de cada persona, será necesario abandonar lo que es soberbia, es decir, rabia de pasar por lo inesperado y desconocido, no debiendo dejar pasar tiempo para despertar a la autoaceptación, entender que de uno mismo depende la fortaleza y que las debilidades son tan igual a la que experimenta cualquier ser humano.
La pérdida de un pasado nos permite enfrentar no sólo un presente sino postular por un futuro dónde el valor de hacer juicio sobre nuestras decisiones, pasa a ser el principio de nuestra existencia.
Y cambia el interés por los conceptos, ya no será orgullo, vanidad, egoísmo o egocentrismo, más bien haremos honor a todo aquello que nos libere de arrogancia, inseguridades y temores.
Reconoceremos que nos sana la espiritualidad, menos razones, más silencio, más auto contemplación, observación hacia la propia humildad con apertura a dar y saber recibir, entender que somos aprendices igual que todos y como todos, no solo podemos superar lo que son nuestras limitaciones sino saber distinguir lo que no nos hace bien.
Si buscas la observación de una realidad tranquila y serena, no solo será placentera, también alcanzarás el silencio mental, porque el ser humano es capaz de distinguir lo que es un estado espiritual.