Ayer fue un día pesado.
... hoy, desperté en paz, lo necesitaba, todo amaneció en calma, ni al gallo lo sentí cantar, a lo lejos el grasneo de las bandurrias, el gato que viene en busca de comida nos echó de menos, lo comprobamos porque comió más de costumbre y rapidito, porque los mirlos le comen de una la porción, es un espectáculo verlos volar con su plumaje negro azulado y en bandadas como si todos fueran uno solo.
Mi viejito mejor de un pesado malestar.
No llueve, la calma se hace notar.
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