Cada vez más inquietud por saber que nos pasa y buscamos quien nos diga qué hacer con lo que no entendemos y el camino más corto y seguro está en detenernos, observarnos y comprender que no todo se aclara con razones... porque más bien lo que surge, tiene su origen de lo que generan nuestras propias acciones, qué nos llevan a tranquilizarnos o alterarnos.
Todo depende de lo que se active a través de lo que sentimos, sigo convencida qué el principio de nuestro actuar, es una reacción innata de los estímulos que captan los cinco sentidos.
Y de tomarlo en cuenta, podemos evitar conflictos al dejar de reaccionar frente a los estímulos externos negativos, aprender a reconocer lo que es ajeno a nuestra verdad, sentimientos o intención, no siendo uno el gestor, nos libera de la discusión, arrepentimiento o culpa.
Detente en ti, la confianza entre uno y otro, es mucho más duradera, cuando uno distingue qué "yo, no soy el otro".
,A veces pienso, que aconsejo tantas cosas que tienen méritos, que pareciera ser que uno tiene que ser ante todo "bueno" y en algún aspecto es así, pero "bueno consigo" mismo.
Mientras menos uno se involucre con lo que otro no comprenda, mayor libertad para si mismo, mientras más silencio ante quien con uno no esté de acuerdo, mayor capacidad de amar el autocontrol y la independencia, por qué aunque uno no quiera se afecta, poner en acción la tolerancia hacia las limitaciones del otro, es actuar de acuerdo a aquello qué nos libera de lo que por nada podemos salir perjudicados.
SRH.
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