Algo absolutamente cierto es que ninguna persona que tenga el diagnóstico bipolar, actúa ni piensa igual a otro.
Esta enfermedad no tiene como principio definir a todos quienes padecen de los síntomas y características de este síndrome, como parecidos en sus raciocinios, decisiones o intereses similares e incluso cuando se ven afectados ni uno ni otro, reacciona de la misma manera.
En qué consiste el que sean denominados por la Ciencia y en éste caso por la psiquiatría como grupo en un sentido común, nada más qué por la forma en que se manifiesta la enfermedad bipolar.
Después de recuperado el paciente, su relación vida y enfermedad, dependerá principalmente de su buen espíritu de adaptación y disposición a comprender que cuando estamos expuestos a pruebas, uno mismo es quien debe estar dispuesto a cambiar el rumbo de la mentalidad pesimista, a fortalecer las debilidades y a comprender que la madurez se alcanza anticipándose a los hechos.
Hace poco conversando con otra paciente, ella comentaba cómo había aprendido ha sobrellevar su vida en relación al amor y a la paz y yo respondí que en mi caso ése había sido el destino de mi inspiración durante mi vida, pero lo cierto que no me había ido muy bien con esa manera de conducirme.... entonces decidí ir por darme el valor que me merezco y éso ha sido mejor recibido por los demás, y por mi a no esperar reconocimiento, cariño o respeto.
Y de nuevo queda en claro que aún siendo dos pacientes de características similares, nos diferenciamos en la manera de enfrentar el diario vivir al lograr identificar la forma de reconstruir el equilibrio emocional y espiritual y tal vez influyendo en cada una el propio temperamento.
susana rodíguez hidalgo.
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