Cada 30 de Marzo se Conmemora el Día Mundial del Trastorno Afectivo Bipolar; a todos aquellos que hemos transitado por este diagnóstico, el primer sentimiento que nos debe surgir, sentirnos agradecidos de los hombres dedicados a la Ciencia y a todos aquellos que dedican su tiempo a sostener este diagnóstico en la especialidad de psiquiatría, psicoanálisis y psicología.
En mi caso, con 3 décadas de tratamiento y diagnóstico, no puedo dejar de expresar mi más profundo agradecimiento al Servicio de Psiquiatría del Hospital El Salvador en Santiago de Chile, a mi médico tratante Dr. Pedro Retamal Carrasco, quien nos agrupó como pacientes, consiguiendo ante todo una Psicoeducación extensiva a la familia y además de formarnos en el sentido de Ayuda Mutua entre nosotros como pares; recordando hoy a otro inolvidable pilar fundamental en restaurar mi equilibrio como Psicoanalista al Dr. Derek Humphreys Manterola y tantos otros profesionales que no olvido por sus buenas intenciones e intervenciones.
Sin ellos ni yo ni mi familia hubiéramos recuperado la felicidad, como tampoco podría seguir siendo apoyo y orientación, para muchos quienes después de mí, han iniciado la búsqueda de saber cómo calmar las emociones incomprensibles provocadas por la bipolaridad.
Susana Rodríguez Hidalgo.
Monitora.
Grupo Autoayuda para Pacientes Bipolares y Depresivos.
En Servicio de Psiquiatría del Hospital del Salvador.
Odaliz Mirabal Rodríguez; publicó en otro artículo esta reflexión y le pedí autorización para dejarla aquí presente.
ResponderEliminarMuy buen mensaje conectarse con el agradecimiento en este día. Para quienes nos diagnosticaron y guiaron en tantos años.
Mención también a los profesionales que han dedicado su vida al estudio y tratamiento de la bipolaridad.
Creo que en Chile mención especial tiene sin dudas el Dr. Pedro Retamal, pionero junto a otros médicos en apropiarse del conocimiento que le permitió entregar un diagnóstico y tratamiento acertados, más aún entregó las herramientas psicoterapeutas de primer nivel no sólo a sus pacientes, también extendió la psicoeducación a la familia de sus pacientes del Hospital El Salvador, creando un movimiento de solidaridad y ayuda entre los pacientes que ha perdurado en el tiempo bajo el trabajo voluntario de su Monitora Susana Rodriguez Hidalgo.
Es un anhelo compartido por muchos pacientes que esta tremenda obra se convierta en realidad.