Es bueno compartir con otros pacientes que transiten por la bipolaridad, existe una comunicación sin temor a la crítica ni a sorprendernos cuando alguien comenta de sus reacciones enfermizas y aunque no son reacciones que no dejen de causar desazón, nos sentimos comprendidos y además comprobamos que no hay culpa sino que conocimiento de cómo es el comportamiento bajo los dominios de la enfermedad, la que sin tratamiento toma mayor poder en sus delirios.
Es tan real qué rechacemos la idea del tratamiento cuando se nos dice que es "de por vida" siendo que es un regalo para disminuir la locura o la depresión, entender que todo no es de una vez sino que es cada mañana y cada noche, como para dar gracias por cada despertar y para dormir tranquilos.
Alguien me preguntó si perdía la concentración y lo cierto que he experimentado mucho más que eso, pero nunca he dejado de seguir lo que se me indica, aún experimentando muchos de los síntomas adversos... porque entiendo que de mí depende que al aceptarlo no solo me recupere, sino qué no perjudique a otros...
Sin duda la aceptación, el sentimiento de amor hacia los míos, la conciencia y disciplina adquirida, la cual no sólo yo he conseguido sino también mi familia, se la debemos a la iniciativa del Dr. Pedro Retamal C. quien logró reunir a sus pacientes y familiares, para darnos a entender la importancia de conocer los síntomas y mecanismos que activan la enfermedad en charlas educativas en el Hospital del Salvador en Santiago de Chile y en una Agrupación de Pacientes Bipolares y Depresivos, que traspasó el ámbito del Servicio de Psiquiatría de dicho hospital. (Hoy en receso)
Aceptar el o los tratamientos necesarios según lo complejo de los estados o síntomas, permite que lo crítico de las reacciones de una bipolaridad vaya disminuyendo.
Por experiencia propia, puedo reconocer que habiendo recorrido pasajes bastante críticos, con varias internaciones, siempre he seguido las indicaciones médicas, aún con todo lo que implica las alteraciones físicas y motoras, pero puedo dar fe que no han sido más que alteraciones y no perdidas de por vida, como yo misma alguna vez podría haberlo creído, por ejemplo en relación a la concentración, olfato, visión, motricidad fina, temblor de manos, memoria, incapacidad para escribir y torpeza en el habla, siempre he dejado pasar lo más crítico sintiendo que algo me pone a prueba, como para ver cuánto dominio tengo en mi misma con respecto a mi fe.
Puedo demostrar, que mi bipolaridad ha sido un aprendizaje, el que no solo me ha servido para ayudar a otros, sino principalmente para darme cuenta que no soy víctima de este dominio sino que más bien para hacerme mansa consigo misma, ya que antes tantas veces lo hice con quienes no lo merecían.
Cada uno sabrá concluir lo que pasa por él, yo concluyo que el mal me quiere hostigar y como lo oscuro no soporta la luz, entonces mi refugio lo comparto aquí:
* Gracias Señor
Gracias Señor
Gracias Señor
* Señor mío
Dios mío
Solo en ti confío.
* Pongo mi mano derecha en el alma y con los ojos cerrados"
Señor dame tu paz.
Señor dame tu paz.
Señor dame tu paz.
En la constancia de mi búsqueda de Luz, logro que se aleje el mal, el que a través del miedo, antes de encontrar refugio en lo que comparto, trastocó tantas veces mis sentidos.
No voy contra el mal, lo dejo pasar en la sencillez de esa humilde oración, que nace de mi corazón y en la constancia de respiración profunda y exhalar lento por la nariz, que aleja mi pensamiento, la angustia y apacigua cualquier dolor; ser fiel a la disciplina espiritual, se me hace tan necesario como refugio en mi propio templo, desde donde recojo ese alimento que solo me hace bien.
No te distraigas.
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