En el diario vivir necesitamos atender a nuestro propio mundo interno, ciertas pautas de concentración y espacio de silencio, son necesarios para alimentar no sólo el cuerpo sino también el espíritu.
* Cada día detente a mirar el cielo... vivimos todos bajo su pureza e inmensidad.
* La respiración profunda y exhalar lento por la nariz por 3 veces continuas y repetir constantemente, nos permite apartarnos del pensamiento pesimista, la angustia y ayuda a apaciguar el dolor.
* Escribe en un papel y luego puedes eliminarlo, para trasmitir aquello que sientes y que no quieres compartir.
* Rezar siempre Padrenuestro, para iluminar el espíritu y conseguir apartar todo aquello que apague tu luz divina.
* Pon atención a todo lo bueno y cada vez... repite por 3 veces.
Gracias Señor
Gracias Señor
Gracias Señor.
De ti depende tu bienestar, incluye en tu vida, pausas de disciplina espiritual.
susana rodriguez hidalgo
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