Restablecer la armonía no es cosa de uno mismo, somos dependientes de la paciencia, cariño, buenas intenciones, oración de otras personas y luego la gratitud y la vuelta de compromiso de dar lo mismo con respeto y familiaridad es lo que nos queda por hacer.
Cuidarnos de perder el equilibrio debería ser el principio de no correr riesgos para confundirnos; es propio siendo jóvenes que nos adaptemos a personalidades más decididas y valientes, que nos atraen por su capacidad de probarse a sí mismos en no temer a fallar; es una característica muy propia en la gran mayoría siendo jóvenes o adolescentes y aún habiendo una voz que nos pueda guiar, más fuerte es el poder de desafío.
Toda decisión tiene una repercusión positiva o negativa en nuestra propia historia de vida, pero es bueno comprender que corregir es más difícil que anticiparse a prevenir.
Corregir; "Modificar las faltas o errores".
Prevenir; "Tomar medidas por adelantado, para evitar un daño, un riesgo o un peligro".
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