Separar las Cosas.

Para quien en su diario vivir convive con las reglas que impone la bipolaridad, sabe que tiene mayor sentido de responsabilidad al tomar decisiones.
 
A los inicios de convivir con esta manera insólita de vida, uno se anula absolutamente, luego busca culpables, después desconfía de los profesionales, se siente exigido, inhibido, no piensa por sí mismo, rechaza el tratamiento, no se atreve a decir a su médico las incoherencias que pasan por su mente, estamos mal y no queremos reconocerlo...  a la espera que otros hagan los esfuerzos por reconstruir nuestro bienestar. 

Después de pasar por un laberinto... podemos entender que esta enfermedad nos enseña a separar las cosas.

Porque lo esencial está en no mezclar lo bueno con lo malo, lo positivo con negativo, la luz con la sombra, lo importante con lo insignificante, para pensar, actuar y hablar con opinión y por experiencia propia. 

 Un nuevo desafío para auto corregirnos... que nos enseña a abandonar la queja, guardar silencio, aprender  a escuchar y a dejar de lado el prejuicio de lo que los demás puedan pensar. 

Susana Rodríguez Hidalgo.