Una característica en común que tenemos los pacientes bipolares, es sentirnos incomprendidos, dañados o perjudicados.
Es común que giremos en el problema, sin considerar que es el problema el que nos causa el dolor, sabemos reconocer claramente lo que nos pone mal y a pensar de ello, volvemos a reiterar en el conflicto.
Alguien me comparte sus quejas, no solo relacionadas con su vida personal sino social y entonces quise decir algo de mi verdad.
Después de experimentar la locura, pude entender que nadie es culpable de lo que a mí me suceda, antes... hice culpable a otros de mi desdicha y aun habiendo razones de sobra para sentirlo, solo conseguí acumular resentimiento, después de un largo y muchas veces, angosto camino recorrido en busca de mi paz interior, hoy puedo felicitarme de mi logro alcanzado, entender qué todo lo bueno qué vive en mí, "es lo único" que me permite respirar profundamente y lo que no, lo dejo pasar, porque no puedo contra ello.
Todo lo bueno sirve para sacarse la venda de los ojos, de lo que no hicimos bien por impulso de la enfermedad, no somos culpables y lo podemos demostrar cuando nos recuperamos, porque no siempre estamos enfermos.
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