Cuando repaso mis escritos, me doy cuenta que reitero en algunos puntos y no es que no me de cuenta, lo hago a propósito por que si no logramos, por decirlo de alguna manera, aprender bien desde un principio las vocales... no sabremos como escribir los nuevos capítulos de nuestra propia historia.
Esta vez quiero decir que en relación a mi bipolaridad, he tenido la fortuna de contar con la confianza en primer lugar del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Salvador en Santiago de Chile, donde encontré un mundo de satisfacciones en relación a mi tratamiento, como también en la posibilidad de compartir con mis pares y luego desarrollar una labor de apoyo para pacientes y familiares hasta hoy.
Y es así cómo, desde mi experiencia bipolar y en la necesidad de abrir mi propio entendimiento, luego del apoyo terapéutico y después de distinguir mis propios tropiezos o equivocaciones, me di cuenta qué lo que alguna vez me pareció importante, pasó a ser insignificante y lo insignificante pasó a ser lo más importante.
Era real hacer posible la necesidad de experimentar profundamente un cambio para cambiar, incluso, el valor de lo que en el tiempo ha dejado de ser importante, "haber creído necesario ser aceptado o bien comprendido, para ser autosuficiente o responsable".
Y en relación a lo que aparentemente parecía insignificante, después de vivir la locura y luego recuperar la cordura, sentir que todo en la vida me resulta entrañable.
Gracias a Dios.
Susana Rodríguez Hidalgo.
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