Toda persona que alguna vez ha perdido el control de sus pensamientos, sin distinguir lo bueno de lo malo, pudiendo por éso, cometer hechos que lo puedan perjudicar a él como a los demás, sabrá reconocer que además de ser agradecido del tratamiento como salvador de pasajes tan oscuros, tendrá que cambiar sus costumbres, como por ejemplo, alimentarse de palabras puras, apartarse de conflictos, aceptarse a sí mismo y corregir sus defectos y pedir disculpas si fuese necesario.
Habiendo pasado por la fuerza de la oscuridad, no podríamos dejar de ir en busca de lo sublime, lo admirable, luminoso, bello y sosegado, como un pájaro al viento o una simple flor que nos da sosiego.
Mientras caminas, vas a dormir o hablas a solas, no olvides mencionar a: Jesús, Jesús, Jesús, Él se pone en acción y viene delante de ti, detrás de ti, a tu derecha y a tu izquierda, te protege y tranquiliza
Todo lo que te haga bien a ti compártelo con los demás.
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