Desde hace un tiempo que vivimos en la Isla Grande de Chiloé en mi país Chile y hoy más que nunca puedo comprobar lo influyente que es el cambio de luz en el cerebro en esta enfermedad del ánimo "como lo declara la ciencia", fue fascinante experimentar días de verano con atardeceres que iluminaban hasta casi las 23:00 horas y días que se mantuvieron por 15 horas con luz natural, pero la disminución de la luz solar, provocaron en mí una descompensación en el ánimo, como hacía mucho que no la experimentaba, afortunadamente mantener la disciplina en el tratamiento, permite que este episodio no pase más allá.
Aún en el desánimo, sigo la recomendación de mi médico tratante, caminar enérgicamente por media hora, con frío, lluvia o calor.
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