De alguien con quien aclaramos las características de la enfermedad, hoy me comentó lo difícil que es diferenciar intuición real, con las ideas confusas de ese diálogo imaginario que nos provoca la bipolaridad.
Y es cierto, por mi parte ya por momentos lo he olvidado, pero es muy complejo poder diferenciar, ese saber si lo que pensamos es verdad o un posible engaño de la enfermedad.
Cuando me cansé de dudar de mí propio raciocinio, empecé a atreverme a preguntar en mi familia si era real lo que pensaba y si no estaba con ellos, recurría a más de alguien en quien más qué confiar, estaba segura que comprendería que estaba confundida, confusiones que de no compartirlas, por lo menos en mí, se volvían más obsesivas.
Por eso es bueno tener amigos pacientes , porque son quienes tienen más claro lo que está fuera de lugar y basta una llamada para salir de la duda.
No siempre está la posibilidad de recurrir a los profesionales que nos ayudan y cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, puede que olvidemos lo que pasó, pero sirve recordarlo como muestra para revisar el tratamiento, porque serán los medicamentos que nos permiten como químicos normalizar el pensamiento.
En este punto me detengo, es común qué como pacientes no abordemos de manera directa éstas experiencias con los médicos psiquiatras, razones varias, entre ellas, a veces no tenemos la capacidad para darnos cuenta que eso nos pasa, otras nos avergüenzan los pensamientos que se posesionan de nuestra mente o tambien, tememos o no queremos... que se nos suban los medicamentos, pensando que nos harán subir de peso... pero la mejor opción como remedio, es no callar lo que no nos pertenece, no somos responsables de lo que la enfermedad bipolar nos quiere hacer creer como algo cierto.
Es importante tomar en cuenta que los profesionales, ante todo, si son respetables es porque son personas responsables por vocación, lo que nos permite sentir más bien confianza, para declarar esas ideas absurdas provocadoras de intranquilidad, nosotros los afectados, además de batallar con lo imaginario, tenemos que fortalecernos en lo que es nuestra dignidad, gracias a qué este diagnóstico no logra hacernos perder el estado consciente, pasar del abatimiento a la búsqueda de la realidad, no es otro el camino que considerar que son los médicos psiquiatras los que claramente distinguen la falta de nuestro sano juicio y qué unir compromiso y respeto mutuo, entre pacientes y facultativos, se hace posible la satisfacción y bienestar.
De mi conocimiento, la falta de responsabilidad de un paciente, de no tomar la decisión por cumplir con su tratamiento el que padecía de ideas delirantes, le impedía darse cuenta de que no solo su vida estaba expuesta a riesgo, sino que alguien del Grupo de Autoayuda, dejó de asistir porque hizo notar que todos por ese paciente estábamos en riesgo, hacérselo saber a quien correspondía, permitió que reaccionara y se atreviera a enfrentar con los profesionales su verdadero secreto enfermizo, lo que cambió el destino no sólo de su normalidad sino de su desarrollo personal.
No te mal acostumbres a lo que no es cierto, acostumbra a escuchar claramente lo que dicen los demás y siéntete libre de no responder en el momento, porque incluso puedes decir, "déjame pensarlo"...
Una vez equilibrada nuestra balanza, cuando se nos habla de intuición, se refiere a conectar nuestra mas "íntima existencia" a través de aquello llamado alma, ese hilo invisible de inteligencia que nos permite entender lo que es el Universo sin palabras, desde donde comprender que somos más qué mente y cuerpo... cuando ponemos atención a todo lo que existe sin haber sido intervenido por la mano del hombre, que nos hace sensibles a lo que nos da confianza, como a lo que no es bueno.
P.D. La constante compañía del Padrenuestro, hace posible la claridad de mi pensamiento.
Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tú Reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan de cada día danoslo hoy; perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación más líbranos del mal, Amén.
Susana Rodríguez Hidalgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario