Comúnmente hablamos de razones, de emociones, sin embargo no nos reconocemos como seres espirituales, siendo el principio de la facultad de distinguir e intervenir a través del mal o del bien.
Este trastorno del ánimo bipolar nos deja demostrado los dos polos claramente, uno que nos impide el autocontrol de pensamiento, obra y acción y el otro aquel que nos permite recuperarnos de lo penoso, doloroso, rescatándonos del desenfreno, permitiendo recuperar la paz.
Ser creyente no significa necesariamente ser fiel a una religión, ser creyente nos invita a acercarnos, a encontrar refugio en el espíritu de Jesús quien dijo, Dios no es religión.
Jesús, Jesús, Jesús.
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