Es la reflexión lo que me aquieta.
La rabia como emoción me sirve para aclarar lo que no corresponde.
De la opinión ajena nos queda lo que nos demuestre respeto.
La respuesta a lo que no entiendo la sigo encontrando en el diccionario.
La similitud entre una buena o una mala acción es que las dos derivan en una consecuencia.
El conocimiento de mis propios defectos es donde habita mi mejor enseñanza.
La búsqueda de la propia verdad es lo que nos libera de lo adquirido.
Lo más atractivo de un hombre es ser un caballero.
La pasión puede hacer perder una buena relación.
Si bien es cierto no a todos nos interesa lo mismo lo que importa es el respeto de por medio.
No es necesaria la ofensa para darse a entender.
La controversia impide entender lo intrínseco y es allí donde la buena esencia y enseñanza pierde su valor.
Susana Rodríguez Hidalgo
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