De todo lo que pensamos y de todo lo que nos dicen los demás, la balanza está en la búsqueda de tranquilidad.
Las mejores respuestas se encuentran, claramente, cuando uno las busca en uno mismo.
Ni el tiempo, ni la razón, como el conocimiento adquirido, son necesarios para cumplir la misión de cada uno.
Lo genuino está en lo puro, natural y propio que vive en todo y en todos.
Desde una simple sensación se puede concluir en confiar o experimentar la desconfianza.
De las enseñanzas que guardan los libros, lo difícil es ponerlas en práctica.
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