El fastidio, la vulgaridad, la agresividad, la grosería son factores que perjudican a cualquier persona y con mayor razón a un paciente bipolar que padece de alteraciones del ánimo.
Ser educado, pareciera ser una característica de personas con estudios, dinero o una muy buena vida social, sin embargo la buena educación "nace de las buenas intenciones" de no querer perjudicar a otros, como tambien de no querer cometer faltas que nos perjudiquen a nosotros mismos.
La enfermedad bipolar se basa en hacer perder por momentos el control de los impulsos... "mantener buenas conductas o costumbres", independiente de lo impertinente o la desfachatez de la bipolaridad, ciertamente influyen de manera favorable en el paciente, incluso, a la hora de perder el control de sus impulsos.
Hay factores relevantes qué considerar a la hora de querer mantener la cordura y el bienestar, como por ejemplo "la voluntad, la paciencia y el buen trato".
La voluntad, es un pilar fundamental para confiar en lo posible que es superar los estados, ya sea una hipomanía, euforia o depresión, sólo necesitamos ponernos en acción para "cumplir con las indicaciones" que nos corresponden en cada caso.
La voluntad nos sirve para evitar recaer, porque hemos aprendido que dependemos de la propia determinación de no soltar el autocontrol... para gozar de la propia tranquilidad y superación.
La paciencia, nos conecta con la mansedumbre, la bondad, la suavidad, no con la soberbia, altanería o prepotencia...
Paciencia, respeto y gratitud, principalmente para aquellos con quienes convivimos diariamente, los que muchas veces no saben cómo vencer el miedo y el dolor de vernos apesumbrados e incluso no saben cómo ayudarnos.
Paciencia con nuestro estados enfermizos, porque lo bueno nunca muere, todo pasa y todo cambia y cambiará.
El buen trato educa, nos permite mantener una relación de respeto y de ser respetados.
Cuidar nuestra manera de actuar, nos mantiene en una actitud de elegir el camino correcto, a no sacar provecho de la bondad de los demás, de probarse a sí mismo qué la bipolaridad no nos impide ser autosuficiente, útiles, valientes y dignos de admiración.
Es bueno admirarse de uno mismo.
Susana Rodríguez Hidalgo.
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