Durante el último tiempo ha servido el correo librobipolar@gmail.com como nexo para recibir aviso de la necesidad de ayuda.
Leonardo después de restablecer su relación de familia al haberla perdido por el descontrol de sus crisis, mantuvo una comunicación constante y resultó ser optimista y disciplinado y dentro de esa comunicación me atreví a hacerle llegar lo siguiente de acuerdo a sus inquietudes.
Lo pensé bien antes de escribirte, quiero sugerirte algunas recomendaciones para que ayudes a dar confianza a quienes son importantes para ti y para que te demuestres a sí mismo lo real qué es que todo no va mal, porque siempre ocurre algo que nos demuestra que vamos bien.
Hazte el propósito de concentrar tus diálogos "sin mencionar" algo relacionado sobre la bipolaridad.
Comenta buenos recuerdos de personas en común con tu familia que Uds. estiman.
Trata a tu esposa como si fuera tu más distinguida visita a tus hijos y a los más cercanos, eso permite conseguir respeto mutuo.
Como les sugieró a Uds. alguno de los médicos acérquense a la vida espiritual, somos muchos los que hemos comprobado como cambia el destino del miedo cuando hacemos un Padrenuestro en virtud de nuestra íntima manera de relacionarnos con lo Supremo.
A la hora del almuerzo o por la tarde noche, cuando estén compartiendo la mesa pregunta a los niños a quién de ellos les gustaría decirle algo a Dios y si te preguntan ¿quién es? respondes que Diosito es todo lo bueno que vive en las personas y en tí hijo, en la mamá, en mí y en tus hermanos.
Todo lo bello, bueno y puro es Dios y si te hacen más preguntas le dices que eso lo vamos a conversar con más tranquilidad mañana, así te dejas tiempo para reflexionar porque en el silencio espiritual, todos encontramos las respuestas...
No te sientas con la obligación de tener respuestas para todo, porque en todos existe una verdad y uno puede ayudar a discernir a los demás, diciendo y de lo qué me preguntas ¿Qué es lo que piensas tú de eso?
Y ahora te sugiero algo para ti en lo personal, una manera sencilla de despejar preocupaciones como pacientes, es escribir aquello que nos angustia o nos agobia en un papel y después deshecharlo, porque nada que no sea bueno nos pertenece.
Un punto importante de considerar es que nosotros sólo estamos enfermos cuando nos descompensamos, cuando perdemos la luz propia involuntariamente, sin síntomas de la enfermedad no perdemos la facultad de desarrollarnos tan normal como otro con capacidad de ser autosuficientes, de cuidar el buen trato, cumplir con nuestras obligaciones, fortalecernos en la fe si lo deseamos y ser cuidadosos en no malpensar.
Espero te sirva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario