Buscar ayuda es una muestra de valentía, de sinceridad y de confianza en sí mismo cuando se trata de terminar con la inseguridad, tristeza o de vencer el temor que nos agobia.
Sin un apoyo moral se complica doblemente la incertidumbre, la asistencia médica es la mejor fuente para tan delicados estados, pero también nos ayuda una palabra de comprensión que nos acoja sin demostrarnos rabia... más bien nos invite a alentarnos con un decir en calma "todo pasará", eso hará eco en donde se guarda la paz, porque es verdad qué por difícil que sea una situación, eso no se quedará de la misma manera para siempre.
Luego de salir de un paréntesis complicado, podemos conseguir el apoyo terapéutico o familiar adecuado, pero existe un factor que sin ser un rasgo o síntoma de una enfermedad, puede perjudicar más aún el bienestar y eso es la personalidad de cada cual.
La personalidad nos identifica en los sentimientos, emociones, en nuestras actitudes como también en nuestro carácter, es la personalidad la que nos diferencia de otros.
Quien se siente incomprendido busca una respuesta en quienes no lo comprenden, aún siendo la personalidad el motor que nos identifica, no es imposible para mejorar el propio disgusto, corregir las malas actitudes, el vocabulario y cuidar de ese prejuicio que se vuelve resentimiento al creer no ser por los demás comprendido, porque cada ser humano puede educar su manera de actuar y de pensar.
La realidad empieza en uno mismo, somos el principal protagonista de lo que nos ocurra, por lo mismo de nuestras buenas intenciones dependerá nuestra tranquilidad, como del buen trato para uno mismo y para los demás, como también de saber agradecer lo que se tiene y comprobar que lo que no se tiene, cuando se consigue otra cosa nos faltará... de los factores que cada uno cuide y cultive, dependerá el bienestar de la salud mental de cada persona.
Es uno mismo el que crea sus frustraciones como también su realización personal, llegar a entenderlo es liberarse de los caprichos, de la culpa y la soberbia.
No es fácil alcanzar confianza en los demás, porque primeramente se necesita saber si uno es capaz de cumplir con su palabra, pareciera ser que en el diario vivir "la mejor carta de presentación" son los buenos actos de una persona, los que hablarán bien de quien demuestre que su manera de pensar tiene relación directa con su manera de actuar.
La confianza en sí mismo se siembra con el espíritu de la gratitud, honradez, compromiso y si no se tiene fe a buscar cuál es la verdad.
PD. Escribió Claudio pidiendo más detalles sobre 2 puntos.
Punto 1.- A que me refiero cuando digo: Luego de salir de un paréntesis complicado...
... Siempre existe un momento crítico donde se hace necesario apoyo médico y también de la familia y aún siendo ayudados para superar la crisis, muchos pacientes "no siempre son agradecidos o considerados", porque su característica principal de personalidad está ligado al "desacuerdo".
En mi caso creo que me ha ayudado a sobrellevar mi enfermedad mi buen carácter, mi espíritu solidario y el no haberme sentido víctima de la enfermedad.
Sin embargo me sentí víctima de la mala intención, siendo la psiquiatría que me ayudó a entender que la realidad nace y termina en mi y que estaba demás creer que mi vida cambiaría si aquellos por quienes sufría, lograban comprenderme algún día.
Punto 2.- Sobre frustración o satisfacción...
Digo que es uno mismo quien crea sus propias frustraciones o satisfacciones; en relación a la frustración, es común que por algún propósito no logrado, experimentemos el sentimiento de vivir algo injusto... como si fuera obligación del destino que se cumplan siempre los deseos, las expectativas o perspectivas.
Observarse a sí mismo, nos permite entender la razón del porqué cada vez que algo no resulta bien, nos irritamos, buscando culpables o creernos culpable, exponiéndonos a que se apague el ánimo; sin reconocer que son los mismos errores de intolerancia los que nos perjudican.
Lo mismo ocurre con la satisfacción personal, el mecanismo primero de lo que experimentamos pasa por lo que sentimos, influyendo también la personalidad de cada cual, ejemplo: para una persona menos ambiciosa, competitiva o egoísta, los no logrados, puede que los considere como algo favorable, porque es consciente que no todo lo que pueda concretar, le asegura que sea algo mejor para su vida, sin por eso ser un conformista, sino que después de padecer uno aprende a dejar pasar lo malo, porque detrás de eso viene lo bueno.
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Susana Rodríguez Hidalgo.
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