martes, 14 de abril de 2020

Sobre la Porfía.


Generalmente no me dejo impresionar cuando un paciente sufre de una crisis, por que lo acepto como algo normal dentro de la enfermedad.

Pero, cuando sé de alguien que estuvo considerando dejar el tratamiento porque no había tenido una descompensación durante 15 años, sintiéndose  seguro de su estabilidad mental y cuando hoy me entero que al hacerlo, termina en una fuerte crisis, solo por probarse equivocadamente a sí mismo, éso me pone mal, me pone mal porque lo conversamos.

Raimundo, sabiendo como paciente desde un principio, que nunca podemos olvidar qué día a día y cada doce horas las neuronas necesitan de por vida, estar recubiertas con el tratamiento en base a los químicos denominados "estabilizadores del ánimo" con su irresponsabilidad, nos deja demostrado que la porfía dentro de nuestra experiencia de salud mental, seguirá siendo el factor principal de nuestra desdicha.

Tenemos que ordenar nuestra aparente independencia, haciéndonos amigos de lo que nos ayuda a no volver a tener una nueva recaída, porque sobran razones para querer que eso no ocurra y entre las más relevantes a no provocar mayor daño en nuestras neuronas.

Con el cerebro, que sufrió alteración química por la afección bipolar, no se juega.


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