lunes, 6 de enero de 2020

Crecer.


A quienes el destino nos cambió la manera de desarrollar el día a día, lo primero que nos sucede es darnos cuenta qué, poco nos conocíamos.

No es ningún premio esta enfermedad, pero no podemos negar que el que sufre crece, entonces a disponerse a ser un buen maestro de sí mismo.

Para encontrar el propio centro, no es la paciencia el principal motor para avanzar, sino que la opción que nos aparte principalmente de las tentaciones, entre ellas la queja, la victimización y el no puedo. 

La bipolaridad siendo una enfermedad afectiva, la que nos daña en nuestros sentimientos, nos obliga espiritualmente a fortalecernos, para soltar lo que no nos pertenece como culpa y si hay culpables dejar que tarde o temprano se hagan cargo, porque la conciencia puede demorar, pero siempre habla.

Cuando uno se vuelve una persona necesitada de tratamiento, no sólo significa cumplir con el medicamento, significa que con todo aquello que nos conectemos para bien, es parte de nuestro propio tratamiento.

 No te pongas a prueba, demuéstrale a tu propio día a día, lo posible que es crecer. 


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