Quiero dar las gracias a todos aquellos que han confiado en mi humilde intención, de no mentirme ni mentir, para en conjunto conseguir corregir el mal destino.
Estoy cierta que mi nuevo ropaje y equipaje, se lo debo al ofrecer a Dios mis intenciones, a las plegarias de mi familia y a la de tantas nobles personas, familiares y pacientes, que me han confesado que oran por mi.
Cada vez que mencionamos a Dios con fe, El se pone en acción.
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