No siempre los capítulos de los que comparto aquí tienen un
buen final, la manera incondicional de comprender, a veces, permite que la
confianza siembre el cambio, para restablecer lo que aparentemente no podía cambiar,
sin embargo muchas veces más pueden las retorcidas tentaciones, que el amor verdadero de una
madre o del afecto sincero que no cambia aunque el paciente no cambie.
Es muy propio de quien sufre por esta enfermedad bipolar, que sienta
que eso no se lo merece y qué alguien tiene que pagar por lo que lo confunde o enreda; “generalmente e injustamente quien sale dañada profundamente es la
madre”, la más incondicional de siempre, se ve afectada sin tener una razón
especifica dentro del diagnóstico del porqué es una reacción común en los
pacientes, lo minímo que debemos reflexionar al respecto es que tenga una razón de base o no, esto es igualmente injusto y penoso.
La enfermedad dentro de una crisis impide controlar
pensamientos e impulsos, pero eso no significa que castiguemos a otros con malos sentimientos cuando
nos recuperamos.
Reiterar en la problemática de lo que nos causó dolor, es alimentar el propio tormento, alégrate de todo aquello que no te duele.
El sufrimiento es una enseñanza que nos hace crecer.
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