Algo que afecta a todo paciente es sentirse observado por la
familia, siendo una conducta que provoca alteración, irritabilidad e
inseguridad en la persona, la mejor ayuda para el enfermo es darle un trato
como si fuese una visita, una buena manera de controlar reacciones inoportunas para todos, es propio que a las visitas le brindemos cordialidad y las mejores
normas de educación.
La observación no ayuda ni a unos ni a otros, la familia trasmite sugestión y al paciente solo lo mueve el sentirse un extraño y más aún a acentuar la enfermedad que
radica en el temor.
Independiente de lo antes dicho, uno de los
síntomas característicos de la bipolaridad, es que la persona afectada se
sienta observada, después de saberlo produce un descanso, no es bueno ir por la
vida respondiendo frente a las expectativas externas, más agotadoras
si persisten sin saber que son imaginarias.
Si eres paciente bipolar y has experimentado sentirte observado, puedes descansar, porque no es verdad, es un síntoma más de la bipolaridad.
Si eres paciente bipolar y has experimentado sentirte observado, puedes descansar, porque no es verdad, es un síntoma más de la bipolaridad.
Considerar
ciertos conceptos que salen de lo general, pueden servir para una
convivencia donde la tranquilidad de todos, sea el principal propósito.
Prudencia de parte de la familia, para no provocar perjuicios innecesarios, modificando conductas en consecuencia al estado de quien necesita recuperarse sin recriminación.
Dejar de
observar a quien quiera que sea con disimulo o cautela, es una virtud.
No solo
somos enfermos, también siempre existe una razón, para admirar ciertas cualidades
que merecen admiración.
Mirar con
los ojos del respeto y la fe calma.
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