Alguna de las personas cuando se enteraron que sus reacciones emocionales inexplicables en psiquiatría era una patología denominada Trastorno Afectivo Bipolar, terminaron encontrando alivio y hasta sosiego, después de haber pasado, a veces, años por algo inentendible para quien lo padece como para sus familiares.
Pero otros estando con tratamientos durante años, viven descalificándose
y poniendo énfasis en el “yo soy como soy y si les gusta bien”, sin darse
cuenta que a quien primero no le hace bien es a quien en voz alta lo manifiesta
en tono de protesta.
Sé de pacientes que más que reconocer en sí mismo la autovaloración, más bien viven menospreciándose, sin reconocerse
cualidades y virtudes como parte íntima y natural de ser humano.
La insatisfacción personal, a veces, no nace de lo que uno pudo haber cometido y además no es tan personal como parece, sino que crece como maleza al seguir vivo el sentimiento de haberse visto dañado o perjudicado.
Nada nos pertenece de lo que pueda venir de alguien que nos quiera atormentar.
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