Los cuentos para los niños son una realidad aún teniendo pasajes de fantasía, la tristeza de un adulto como la de Don Juan es parecida a cuando el niño no quiere que un cuento llegue a su final, cuando lo conocí no había nada que lo consolara, su amada esposa había partido a la eternidad, nunca imaginó que la viudez cargando años y sus canas blancas impedirían iluminar su triste soledad, entonces quise hacerle un regalo sin saber si lo iba a aceptar, le conté que un día sumida en los pasajes de la bipolaridad, algo me hizo decir con dulce firmeza... y hoy, cuando saludé a Don Juan por Navidad después de mucho tiempo sin hablarle, me dijo gracias Susana, nunca olvido llevar mi mano derecha a mi alma y decir tres veces en voz baja pero clara, con mis parpados cerrados y esperar:
Señor Dame tu Paz, Señor Dame tu Paz, Señor Dame tu paz.
Feliz Navidad para todos aquellos con quienes nos entendemos y también con aquellos que no coincidimos porque de eso también aprendemos.
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