Algo difícil es que un paciente comparta lo que lo confunde, este trastorno del
ánimo se desarrolla por lo que siente el paciente, son los sentimientos dañados
los que provocan el desequilibrio y dentro de las alteraciones está confundirse con la propia realidad.
No hay ninguna persona con esta enfermedad, "que no
tenga un motivo en su propia historia", que no lo haya llevado
a experimentar los síntomas de este diagnóstico, siempre existe un motivo
doloroso que afectó a quien desarrolló la bipolaridad.
Es por eso que por lo menos los más cercanos, deben de
acogerlo con un dialogo comprensivo dando confianza a la persona, tratando de
demostrarle que nada más grave pasará y que es así, porque aún lo más difícil
puede cambiar, además que alguien le manifieste que está dispuesto para ser su
confidente, guardando reserva. Considerando que el paciente por si mismo no sabe cómo recuperar lo que afecta su alma.
Para todos los pacientes, ni la propia familia se imagina
que ellos son lo más importante de su vida y que por lo mismo sufren de ser
mirado como una vergüenza o que nunca más volverá a la normalidad.
¿Que sienten, algunos pacientes adultos jóvenes
sobre sus padres?
*Que sus padres no lo consideran.
*No lo hacen partícipe de sus vidas.
*Sienten que nunca han cumplido con las expectativas que
ellos han tenido de ellos como hijos.
*Cada vez que los hablan es para criticarlos.
*No se sienten queridos.
* Su sufrimiento prefieren compartirlo en la calle con sus
amigos.
*Los padres no conocen a los amigos porque no tienen
posibilidad de llevarlos a sus casas.
*Cada vez que le hablan los padres es para preguntarle si se
tomaron las pastillas. Siendo que aún haciéndolo, ellos no cambian el trato.
*Nunca le han preguntado que sienten o que piensan, menos
que pueden hacer ellos como padres para que ellos estén mejor.
Y lo que piensan los pacientes como hijos, es que ellos
quieren cambiar para hacer felices a sus padres, pero no saben cómo.
A veces una verdad cambia cuando uno encuentra el refugio en quien uno ama.