Mientras no tengamos un propósito serio de cómo conducir
nuestra vida, no podremos hacernos cargo de de nuestras decisiones.
Nos guste o no somos propietarios de lo que nos favorezca o
perjudique en la vida.
La enfermedad bipolar se rige por impulsos, deseos y
resultados de acuerdo a nuestros hábitos y conductas.
Las conductas se refiere al comportamiento de la persona y
si bien es cierto tiene que ver con la personalidad, habrá que cambiar todo
aquello que nos perjudique, la bipolaridad no impide tomar conciencia de los
actos de una persona, pero a veces los errores cometidos los asociamos a la
enfermedad, sintiéndonos libres de responsabilidad y no es así, eso es
entramparnos para no tomarnos en serio, para no recaer es necesario como principio
cuidar de nuestros actos, decisiones y autocuidado, siendo lo único favorable
para admirarnos de nuestra voluntad por mejorar.
Lo mismo pasa con los hábitos, los hábitos son aquellas
costumbres que complementan el orden, la limpieza el cuidado que nos define
como persona comprometida con nuestras propias costumbres, deseosa de
sobrellevar su vida en orden y armonía.
Somos muchos que llevamos este diagnostico de bipolaridad,
cada uno de nosotros es reflejo de cómo se identifica a una persona con esta
enfermedad, entonces todos podemos demostrar lo ejemplares que somos aun con
estas alteraciones del ánimo.
Quedarte en el no me digan nada, sin hacer nada por
respetarte a sí mismo, no solo te perjudica a ti, sino a tu familia y a quienes
no queremos ser indicados como seres complejos.
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