Es increíble
la necesidad de poner atención a lo que pensamos, sin esta clave nunca podremos
avanzar en lo mal que lo pasamos.
Conozco a
María más de veinte años, acostumbra a contarme todo lo que la tiene desesperada,
amargada, destruida, el centro de su enojo siempre es el mismo...
Lo último que dijo
fue no tomar más medicamentos, “porque ella no es bipolar” conozco mucho de sus
mecanismos, entonces más que reprocharle lo que ha pensado la dejo y al día siguiente
me llama y me dice que no los va a dejar.
Conozco el
listado de sus problemas que no cambian en absoluto, que no cambian porque
es ella quien sigue poniendo la misma problemática en su cabeza, pasan los años
lo que en el tiempo ya no está, es porque fue más fácil que viniera un vendaval
y se llevara lo que ella nunca hizo intento de ver como realidad.
Su centro es
mirar su mundo de fracasos y no lo que le ha dado la vida y que no se lo ha
quitado la enfermedad.
Ella "justifica sus propias faltas", falta de compromiso, responsabilidad y normalidad con la enfermedad.
Triste realidad.
Triste realidad.
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