Si alguien miente, el otro calla su verdad, la mentira es
menos duradera que el silencio de una verdad.
Nunca dejes de ser feliz por miedo a la envidia.
De todo lo que hemos caminado, aún nos falta por sembrar lo
mejor.
Los padres aceptados por sus hijos aún con sus defectos, son grandes hijos.
Sin consciencia no cambia lo peor de sí mismo, como tampoco
podemos abrazarnos ante el propio perdón.
No todo se hace necesario de aprender, porque nuestro
Creador nos dio ante todo el instinto, incluso para no perjudicar a otro.
La sinceridad es un acto de dulzura, de entender que el otro
tiene tanto miedo de no ser respetado como tú.
Nunca te des por aludido frente a una ofensa, porque el
único que sabe de lo que está hablando es el ofensor.
Desde que tengo uso de razón que presencié que a todos se
respeta por igual.
Cuando alguien se siente orgulloso de decirte tu no eres
nada mío, no sabe el tremendo favor que te hace.
Un vacío no se llena con la autosuficiencia.
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