domingo, 5 de agosto de 2018

Dar o Recibir.


La tristeza es una reacción normal en nuestra vida, pero existe un estado de ánimo similar que se mantiene en el tiempo y que requiere de mayor atención como es la depresión.

La depresión no es un estado de ánimo caprichoso como tampoco de elección personal, es más, la persona ni siquiera mide su vulnerabilidad, perdiendo la capacidad de ayudarse a sí mismo.

Hay quienes se jactan de no entender a la persona desvalida, que se refugia en su cama aferrado al colchón, como alguien dijo; nadie se puede jactar de no tener alguna de las enfermedades existente, si no hemos desarrollado el sentido de compasión, guardemos la opinión.

Como cualquier otra enfermedad puede ser hereditaria y necesita de tratamiento médico, pero como en todo nuestro andar, es el apoyo  de alguien o más de alguien lo más importante, para que acompañen con una actitud de que todo irá mejor al darle su tratamiento y afecto.

He conocido a pacientes que dicen superar  sus estados depresivos haciendo lo contrario a lo que sienten, por ejemplo abrir la ventanas aunque prefiera la oscuridad y esforzarse por ordenar su pieza, superar el no bañarse con una ducha fría, ir y hacer lo contrario a ese estado dominante del "no puedo"

Caminar todos los días es una de las excelentes y efectivas recomendaciones médicas.

Escuchar jazz ayuda a mejorar el estado de ánimo depresivo.

Una mano en la cabeza, un abrazo, un subir y bajar de palma de la mano en la espalda, llevar flores, aunque sea varón, porque Dios nos hizo a todos sensible a lo puro, hablarle al paciente de los bonitos recuerdos de su vida, son detalles que sanan, que no se compran se regalan.


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