Uno de los factores más complejos y en común que tienen los
pacientes bipolares es todo aquello que tenga relación con el trabajo, es
muy común anteponer el temor, temor a no saber si será posible responder,
si será reconocido por el diagnóstico y además de todo esos miedos
creados, agregamos el cómo nos afectan los posibles comentarios, en
definitiva cada pensamiento destructivo nos quita el entusiasmo.
Nada de lo anteriormente dicho ha ocurrido, pero el solo
hecho de leerlo o conversarlo, nos parece como si lo
estuviésemos viviendo.
Pensamos y asociamos los miedos a la enfermedad, pero lo cierto que somos
nosotros los propios protagonistas quienes "aumentamos los imposibles",
creyendo que "no hay respuestas" para aquello que nos perjudique,
disponiéndose a la vida como si fuéramos la vulnerabilidad misma.
Siendo que con quienes compartiremos un trabajo, son igual en sus miedos, en su
ignorancia, en sus ideales y fracasos y viven en la misma búsqueda, que alguien
los comprenda por equivocados que todos estemos.
Hace años en un estado de confusión alguien me escribió desde España y cada vez
que necesita aclararse, recurre a saber cuál es mi visión de lo que
le pasa y últimamente volvió a lo de siempre "la queja"; le pedí
me contara "qué es lo que busca él" y lo que quiere es trabajar, pero le
pasa lo antes dicho y de ayer a hoy me sorprendió, dio el paso y se hizo cargo
de su propio trabajo y me escribe así.
"El hecho de que tu y yo lo habláramos me ayudó mas en mi confianza,
cuando nadie más creía en mi, cuando nadie más estaba ahí para ayudar
y darme un consejo, de nada nos sirve las personas como la propia familia que
nos resaltan los defectos, y no ven mas allá, o no quieren entender el como
nosotros lo vivimos por dentro, y en vez de ayudar nos dicen que todo eso nos
pasa por vagos, por no querer trabajar, o simplemente porque no saben cómo en
verdad nos sentimos ante esa dificultad"
"Hay que hacer más visible, normalizar más la enfermedad, luchar más
por educar a la gente y liberarlos de esos prejuicios, quizás no somos como
ellos quieren que seamos, pero tenemos algo que aportar a los demás, y también
al mundo, a nuestro modo, a nuestro ritmo, y quizás aunque hagamos miles de
cosas, siempre habrá algo que sepamos hacer a la perfección como ningún otro, y
que eso es lo que hay que potenciar en cada persona, sin pretender que sea otra
cosa, y sin pretender apartar a la persona de sus caminos, de sus
capacidades"
Y todo esto surgió de conversar sobre sus temores y el no haberse atrevido
a presentarse a un trabajo formal, de nuestra conversación por internet, me
contó que él estudió algo de agricultura y entonces hablamos de lo
posible que sería iniciar un vivero y dijo poder sembrar semillas...
De ayer a hoy José Antonio, quintuplicó su pequeño ahorro vendiendo rosas,
sintiéndose por primera vez capaz de proyectarse en sus capacidades de
hacerlo bien.