Algo peor que la enfermedad es negarse a sí mismo lo que nos está ocurriendo, nada peor que creer que "a mí esto no me pasa" a veces, alguien ha asistido a observarnos, ha negar su diagnóstico, a no estar de acuerdo con los médicos, ni el tratamiento y en el tiempo se queda para decirnos que debe reconocer que ya no puede más, con su afán de negar lo que está padeciendo.
El tratamiento es fundamental para terminar con las fantasías que nos impiden disfrutar de lo bueno, lo que aún en el dolor siempre nos acompaña, sin medicamento el trastorno del ánimo crece y disminuye en el tiempo, si no se abandona de por vida el tratamiento.
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