Compartir experiencias entre pacientes, es una oportunidad
para descubrir diferentes apreciaciones sobre la enfermedad y también para animarse a
cambiar la manera de pensar.
Es propio que como pacientes queramos que nos comprendan, pero
también es importante que nosotros comprendamos lo necesario que es que nos
corrijan, si estamos equivocados, porque de no admitirlo más que madurar,
nos toma la soberbia.
Generalmente cuando se complica la superación del paciente, es
por la "no aceptación" de la bipolaridad, ese punto es el "adversario más perfecto", para
que la persona asocie que "todos los deseos no cumplidos", es producto de la
bipolaridad.
"Pensar bien depende de uno mismo y pensar mal también"; la
enfermedad bipolar tiene sus períodos depresivos donde hay una baja de ánimo y
voluntad, pero no siempre es así; pareciera ser que nos mal acostumbramos a resaltar la
queja y a jugar con el pensamiento solo a ganador,
pero, a la vez, nos anticipamos a que otra vez vamos a perder; tal vez, podríamos
apuntar a que da lo mismo perder o ganar, considerando que nosotros ante la
vida seguiremos siendo los mismos.
Después de todo sin apostar a nada, siempre estamos ganando
sin exponernos ni siquiera al deseo no cumplido, porque la vida nos demuestra que es el infinito de
posibilidad a nuestro favor, que aún sin apostar por algo, está ahí para demostrarnos que nos
regala lo eterno como lo es el sol, las estrellas, el día, la noche, el viento, el
silencio y la capacidad de entendimiento.
No solo somos lo que pensamos, también somos lo que saboreamos, escuchamos, observamos, lo que huele nuestro olfato, además de toda la información que nos proporciona el sentido del tacto.
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