El que no se acepta con su propios defectos, es porque no sabe que los puede mejorar.
Quien piensa lo que de uno piensan, es tan inmaduro y poco honesto, como quien mal piensa de los demás.
El que ve sus dolores como desdicha, rabia y humillación, no puede pedir a otro que lo respete.
La tristeza es tan hermosa como cualquier sentimiento de amor, la templanza, la mansedumbre nos invita a ser dóciles y sumisos lo que nos invita a la tranquilidad.
Deja de parecer mejor, para que seas el mejor de los mejores.
Gobiérnate a ti mismo, decide tú en favor de ti, sin egoísmo solo en busca de tu propia paz, compruébalo, lo bueno está en ti y nunca muere.
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