A orillas de un lago compartí un diálogo
inolvidable con una señora, en relación a las bonitas embarcaciones que habían
en una casa.
Le digo, eso vale mucho dinero; dijo: Ellos deben necesitar
eso y me alegro que Dios se los dé, a todos Dios nos da lo que
necesitamos, lo
pasamos mal cuando queremos más de lo que tenemos.
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