Si eres recientemente diagnosticado y no entiendes nada, te ayudaré a creer que lo primero que tienes que hacer, para no padecer más de la cuenta, es aceptar que todos estamos expuestos a sobrellevar alguna enfermedad en la vida y cuando nos sucede algo que nunca hemos elegido, será la valentía y la fe, que nos ayudarán a hacer posible, que no hagamos más difícil lo que nos sucede.
La “bipolaridad” te hará sentir tantas sensaciones que
ninguna de ellas es real y no eres tú quien crea lo que has dicho o has hecho
como gestos "fuera de lugar" sino “es la enfermedad” la que tiene
esas características dominantes, que nos llevan a perder el control de sí mismo
y que se calma cuando el paciente se dispone a no rechazar el tratamiento con
medicamentos, que por fortuna existen para controlar estos impulsos que nos
perjudican.
La bipolaridad no nos impide entender, pensar,
razonar, para ayudar a mejorar lo que nos altera; si valoras el tremendo
significado que tiene eso, tienes un gran terreno ganado, porque de lo que
pongas en tu pensamiento dependerá tu bienestar como también de ti alejar el
temor, la irritabilidad, la rabia, la desesperación, la culpa, la impotencia.
Todo lo que hayas dicho o hayas hecho, "dentro
del dominio de la bipolaridad" no pertenece a tus intenciones como
ser normal, no trates de explicarte lo extraño, no insistas
en el porqué pasó, porque no tiene ningún valor, porque tu no estabas
claro, separa lo que eres tú, "mira tu propia manera de ser" lo
otro es la enfermedad, no mezclar.
Cuando estés comprendiendo que la fuerza está en tus buenas intenciones, en tu voluntad, podrás alegrarte de darte cuenta que, la vida empieza en ti.
Si quieres lograr equilibrio, desatender el
pensamiento, la angustia y el temor, continuamente has respiración profunda y
elimina lento por la nariz.
Confía, Susana.
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