Las creencias son algo muy particular en cada uno de
nosotros, pero cuando nos une el mismo sentido espiritual en la fe, no necesitamos
tratar de convencernos de algo entre unos y otros, porque no es un idioma, es
una Verdad, un medio para saber cómo, lo que parece imposible que cambie, puede volverse una fuente donde conocer el milagro.
Y en relación a este profundo concepto de vida, una compañera
de ruta, como le llamo a quienes transitamos por la bipolaridad, hizo estos comentarios en mi Blog a lo que me quiero
referir.
…“Y lo otro, es que los profesionales de la salud y en
especial a los de la salud mental, aprendan a respetar las creencias de cada
persona que les consultan, por qué querer negar esa parte del
"paciente", por qué mirarlo raro y atreverse en algunos casos a
preguntar si su creencia en Dios ¿es parte de un delirio religioso?, cuando uno
menciona que parte de su proceso es la fe en un Dios que le acompaña, le
consuela y en quien ¿confía?
En mi manera de vivir la fe querida amiga, está dejar pasar
todo lo que “no” venga de Dios, es lo único que me ha permitido conocer a Dios
y ver cómo se materializa en mi paz y sentir que el bien no me abandona jamás.
En relación a los factores externos que pueden resentir el
cuestionamiento al pilar personal de la existencia Dios, no debería
afectarnos, porque nada cambia lo que conocemos como Verdad.
En relación a la medicina, el motivo que cuestionen nuestra creencia en Dios, es porque existe un "síntoma" obsesivo en la bipolaridad que tiene relación directa con lo religioso y es real, en mi caso lo he experimentado, más de una vez, y es por eso, que si hablamos de Dios como pacientes ante una consulta médica, la psiquiatría necesita saber que no sea un síntoma enfermizo.
No es que los profesionales no crean o no nos respeten, sino que dentro de la enfermedad se provoca delirios de obsesión religiosa, sabiendo esto no debe molestarnos la consulta y debemos ayudar a los profesionales a dar la información real.
No es que los profesionales no crean o no nos respeten, sino que dentro de la enfermedad se provoca delirios de obsesión religiosa, sabiendo esto no debe molestarnos la consulta y debemos ayudar a los profesionales a dar la información real.
En otro artículo me referí a que en "mi experiencia", mi
enfermedad es de orden espiritual y para mí es así y sé que la obsesión
religiosa, viene de otra intención espiritual, que me usa, para que sea considerada
desequilibrada por hablar descontroladamente de Dios...
En mi recuperación después de mis delirios religiosos, le
pregunté a mi psiquiatra, ¿Puedo creer en Dios? El médico respondió: “Ud. puede
creer en quien quiera”
La bipolaridad me “ha enseñado” lo que no aprendí creyéndome
cuerda, poner atención a “no dar valor a nada que no sea bueno y puro” y lo contrario qué fue lo que me enfermó, aunque exista, yo no lo puedo corregir; al final de cuentas se aprende que las respuestas a lo que nos inquieta, están en uno mismo.
Así camino querida amiga, atenta en la búsqueda de Dios que es todo lo bueno que nos rodea, que no es otra cosa que eso y así uno termina siendo testigo de cómo se materializa en la paz y que no nos abandona jamás.
Así camino querida amiga, atenta en la búsqueda de Dios que es todo lo bueno que nos rodea, que no es otra cosa que eso y así uno termina siendo testigo de cómo se materializa en la paz y que no nos abandona jamás.
He aprendido a ser agradecida, a diferenciar entre el poder
del bien y del mal y elegir.
Te cuento que no practico religión alguna para no parecer
obsesiva, pero no puedo dejar de regalar lo que me ha salvado de lo que nadie
se merece vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario