Cuando nos referimos a la condición humana no tiene solo relación con quienes
experimentan bipolaridad, todos somos seres sensitivos y es el mundo anímico el
que nos diferencia de los demás.
Cuando nos vemos afectados emocionalmente, un desorden
existencial es lo primero que nos aborda.
Para la recuperación la ayuda de todos es necesaria, pero lo
principal es la iniciación a descubrir que guardamos en lo íntimo.
Después de una descompensación emocional, hay algo que
toma más sentido que un desempeño laboral, un compromiso familiar o de amistad,
es aquello que de manera casi secreta nuestro ser siente, piensa y le afecta.
¿De dónde nace lo más íntimo? de nuestra propia esencia, esa
esencia única, permanente, el alma humana, lo que permite que existamos,
lo que trasciende que no cambia ni se transforma.
Somos semejantes, pero cada ser tiene su origen en su mundo
interior, donde habita lo que lo distingue.
El mejor aprendizaje es disponerse a la observación
de uno mismo, entrar en contacto con lo que se siente, pero entender que somos responsables
de cómo reaccionamos, sin prisa de tiempo, nos daremos cuenta de lo posible
que es transformar, lo que nos pasa.
Llegar a la esencia también es poder llegar a las causas de lo que nos
incomoda y desde donde nacerán nuestras nuevas respuestas.
"El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde
nuestra realidad. La realidad es el alma"
Víctor Hugo.
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